viernes, 13 de julio de 2012

¡Que se j*d*n!



Lo peor no son las formas: ya decía Labordeta, que los grupos mayoritarios se podían permitir diputados trabucaires, y más o menos se toleran. Lo peor no es que el grito fuera lanzado a los diputados socialistas o a los parados. En los dos casos, es una expresión malsonante, aunque si fuera dirigido a los parados sería vergonzoso o propio de una mente enferma. Lo peor es que la diputada Fabra no ha pedido disculpas, los políticos no pueden pedir disculpas. ¡Ay de de esos políticos que creen que todo está permitido!