jueves, 26 de julio de 2012

Hibris andaluza



Para mi desgracia, El Monte fue la caja que financió la construcción del piso en que vivo. Al poco de iniciar el pago de la hipoteca, me entregaron una nueva cartilla.

-¿Qué es esto de Cajasol? -le pregunté a la empleada.

-Es nuestro nuevo nombre -me dijo con una sonrisa.

Como buen nativo de la Andalucía marrón, me gustan los montes y las sierras, pero odio el sol hasta el punto de que, cuando brilla, me dan ganas de cometer alguna locura meursaultiana.

Hace unos meses, a principios de año, cuando entré en la oficina, me sorprendí al encontrar caras nuevas y nueva decoración. Hasta llegué a pensar que me había equivocado y que me había metido en Unicaja o CajaGranada. No, sólo estaba en la oficina de Banca Cívica: un viejo reloj de pared, siempre atrasado, seguía conservando el logotipo de El Monte. Le pedí al cajero cincuenta euros, con los que tendría que pasar la semana (una forma de no abusar de la tarjeta es no utilizarla), y mientras estaba atareado comprobando mis datos, estuve a punto de decirle que era toda una contradictio in terminis llamar a un banco de esa manera: un banco por su propia naturaleza nunca podría ser cívico. Quizá, sí: uno fundado por Muhammad Yunus.

Ayer, cuando pasaba con el coche por delante de la oficina de Banca Cívica, observé como los operarios colocaban un nuevo cartel: el azul sevillano estaba siendo sustituido por el negro catalán. La Torre Pelli caerá pronto, pensé.



Ese edificio fue el último gran proyecto que la ὕβρις de Antonio Pulido le llevó a emprender. Desde el principio, me llamó la atención que estuviera siendo construida junto a la funesta Torre Triana: surgen del suelo malignos efluvios; allí abajo hay galerías y cuevas, sospecho, habitadas por shoggoths y otras perversas criaturas primordiales.



Los modestos habitantes de Babel sólo levantaron una torre; los sevillanos, empero, han retado a Dios construyendo dos...



Las dos torres sevillanas, Orthanc y Barad-dûr.

En fin, tras duros meses de negociaciones, en marzo, La Caixa ultimó la compra de Banca Cívica, que era valorada en 977 millones pese a que su patrimonio era de 2.875 millones. A Antonio Pulido se le premiaba con una silla en el consejo de administración de CaixaBank. Hace unos años dijo que "estamos dando a luz una gran entidad que va a tener un papel importante en el sistema financiero español y, por supuesto, ya lo tiene en el sistema financiero andaluz". Estaba recibiendo el premio al mejor ejecutivo andaluz del año 2009, que le entregó la revista
Ejecutivos. Me da la sensación que esa gran entidad de la que hablaba no era La Caixa. O quizá sí.

Algunas preguntas perversas:


Llevo dos semanas reclamando que me devuelvan la comisión de la tarjeta, siete míseros euros que me dijeron que no me cobrarían. ¿Qué les supone a ellos siete euros? ¿Cuántos miles de millones se han perdido por la gestión de Antonio Pulido? Cuando cojo una calculadora, me doy cuenta de que Banca Cívica no valía nada, absolutamente nada. Las acciones no valían nada. ¡Cuántas veces me dijo una empleada que tenía que comprar, que era una oportunidad única!

Y lo que me cabrea es que Antonio Pulido no ha sido llamado al Congreso de los Diputados. No. Ahora es consejero de CaixaBank.



Mientras escribía esto, me estaba tomando una tila. Creo que voy a prepararme otra.


...


Quizá si hubiera suscrito la hipoteca en Unicaja, en CajaGranada o en CajaSur, me habría preocupado la situación de esas cajas, habría estado pendiente de todas las noticias que las mencionaran. Pero tuve que hacer la hipoteca en El Monte, como dije al principio, y he vivido todos esos cambios: Cajasol, Banca Cívica, CaixaBank. ¿Qué será lo siguiente? El inefable Antonio Pulido llegó a decir alguna vez que no descartaba la fusión con un banco extranjero. En cualquier caso, la Junta ha perdido el control y no parece probable que Isidre Fainé se deje mangonear.