Varias decenas de familiares de presos etarras han sido autorizados, supongo, por el subdelegado del Gobierno, el señor Lillo, para lanzar sus consignas en la puerta de la cárcel de Jaén: los presos a Euskal Herria y amnistía para los terroristas. Vamos, que los asesinos tienen que ser liberados.
En Alemania hubo que esperar a que los nazis tomaran el poder para que los criminales pardos salieran de las cárceles. Aquí, las abandonan gracias a los gobiernos del PSOE y del PP, a Zapatero y Ruiz-Gallardón. Y los jueces de la UE ayudan para que no sólo salgan de prisión los terroristas etarras, sino también violadores en serie y asesinos. ¿Cuándo dejaremos atrás el maldito complejo del posfranquismo?
