domingo, 17 de marzo de 2013

Luis López Guerra en el escaño

Al poco de celebrarse las aciagas elecciones de 2004, leí o escuché una entrevista a un juez (no recuerdo si el inefable Garzón) en la que decía que la justicia debería tener en cuenta la nueva mayoría parlamentaria. Desde luego, me quedé sorprendido, chocado. Sin embargo, aquellas manifestaciones venían a confirmar lo que Alfonso Guerra había dicho veinte años atrás: ¡Montesquieu ha muerto! Pero, ¿también ha muerto en los otros países europeos?

Ahora se espera que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declare ilegal la llamada doctrina Parot. Hay que poner por delante que yo considero que ésta es un atajo, un loophole vergonzoso y hasta ridículo. ¿Por qué no cumplen los criminales sus condenas íntegramente? De nuevo los complejos del posfranquismo.

El problema reside en que el TEDH está tan politizado como los tribunales españoles. Así, uno de los magistrados que en primera instancia tumbó la doctrina Parot fue Luis López Guerra, ex diputado socialista en la Asamblea de Madrid y ex secretario de Estado de Justicia entre 2004 y 2007, curiosamente cuando esa doctrina Parot comenzó a aplicarse. 

Los socialistas españoles no dejan de sorprenderme: en poco tiempo, en un suspiro pasaron de los GAL a Argel, de la doctrina Parot a comenzar a sacar terroristas de la cárcel. ¿Y la justicia? ¿Qué justicia? Alfonso Guerra no asesinó a Montesquieu, asesinó la justicia.

Y mientras tanto Sortu admite sin disimulo que paga la defensa de Inés del Río, asesina etarra, militante de una organización que defiende la instauración de un régimen totalitario. El PP se lamenta de que el TEDH pueda tumbar la doctrina Parot pero no aplica la ley e ilegaliza Sortu. ¡Este país no tiene solución!