Hoy he leído un artículo en ABC sobre el diputado del PSOE Jesús María Ruiz, que formará parte de la comisión de los ERE. Ruiz había hecho un uso espurio de un vehículo de emergencias; denunciado por ello, como era de esperar, el juez no vio delito.
Sin embargo, lo que más llama la atención es que Ruiz fue subordinado de Viera, al que hoy mismo ha citado la juez Alaya en un auto. Se trata de situar en la comisión a alguien que se pueda manipular.
Los socialistas están jugando su cartas. Saben que las comisiones parlamentarias suelen ser inanes, si se las sabe manejar.
- La convocan a comienzos de verano, a punto de comenzar las vacaciones parlamentarias. (Sin embargo, desde IU se dice que las actividades de la comisión se alargarán tres meses.)
- Presidente, un diputado de IU: ya conseguirán la forma de presionar a sus socios de coalición.
- Griñán se ha ofrecido a declarar en la comisión. En realidad, es una maniobra porque sabe que sólo acudirá si se ponen de acuerdo IU y PSOE.
- Al convocarla tan pronto, la comisión no podrá utilizar el borrador de la Cámara de Cuentas.
- Dos de los principales implicados, el ex consejero de Empleo y el ex director general de Trabajo, están en la cárcel: no podrán declarar.
- Incluso pueden presionar al PP llamando al alcalde de Sevilla, delegado del Gobierno cuando se aprobó un ERE en Huelva, y al suegro de Arenas, abogado que participó en la tramitación del ERE de la empresa Santana.
La verdad es que no confió en que de esta comisión salga algo en claro.
