Hace unas semanas comenzó el linchamiento mediático de Carlos Dívar. José Manuel Gómez Benítez le acusó de haber gastado miles de euros en sus viajes a Málaga y Marbella. Pidió que le investigará la fiscalía y solicitó su dimisión. Un grupo de jueces exigió su procesamiento, aunque a través de un escrito acusatorio lleno de floreos verbales. (Por cierto, Manos Limpias no ha dicho ni pío.) Sólo cinco miembros del Consejo General del Poder Judicial pidieron la dimisión de Dívar y la fiscalía decidió que no había ningún delito.
El País, periódico donde han ido apareciendo detalles de los gastos, ha continuado aportando datos: el CGPJ pagó estancias de Dívar en Málaga por actos que ni siquiera se celebraron en esa provincia. Sigue pinchando en hueso, por lo que está cambiando de estrategia. Ahora se sugiere que Dívar iba acompañado por un escolta al que le une una amistad especial, de más de 30 años. ¡El católico Dívar y sus escapadas de fin de semana con su amigo!
Desde luego, me parece mal todo ese dinero gastado por Dívar, que se haya justificado indicando que no se alojaba en hoteles de lujo, sino de cuatro estrellas. Pascual Sala, Francisco José Hernando, Javier Delgado Barrio, ¿incurrieron o no en gastos similares? No lo sé. ¿Dejará Dívar de realizar esas extrañas escapadas? Lo veremos. Si los gastos en viaje, alojamiento y manutención se reducen, se demostrará que eran desorbitados. Será el propio Dívar quien, con su comportamiento en los próximos años, demuestre si las acusaciones de malversación tenían fundamento.
Ah, sí. Queda hablar de la incongruencia de El País, con esa campaña que está empezando a parecerse a la que sufrió Werner von Fritsch: había que acabar con él de cualquier manera, acusándole de... Y digo incongruencia porque la portada de hoy de El País, ex periódico independiente de la mañana, parece más bien la de Zero. ¿No tenían un libro de estilo o algo así? Y yo que creía que lo importante de Nadal era su cabeza, su concentración, su fuerza interior. ¿Estaba equivocado?
