miércoles, 17 de julio de 2013

Oración

Dios de los dioses, te he rezado otras veces, te he rezado otras veces y… ¡nunca me has escuchado! Te rogué para lograr un buen trabajo y me concediste un trabajo atroz; te pedí una mujer apañada y... bufff; te supliqué para conseguir una casa enorme en el centro y el banco sólo aprobó la hipoteca de este piso minúsculo de las afueras. Dios de los dioses, te llegué a maldecir, lo admito. Ahora sé, Dios de los dioses, que sólo debí pedirte aquello que podías concederme: un calor insoportable en verano, un frío horrible en invierno, películas de trama previsible, novelas aburridas, internet de banda estrecha. Es por eso que te suplico que Susana Díaz sea nuestra presidenta, te ruego que la conviertas en nuestra presidenta, Dios de los dioses. ¿No me vas a escuchar?