martes, 9 de julio de 2013

Natalia Aguirre Zimerman

Desde luego, no todos los paisas son como Pablo Escobar y Popeye. Por casualidad ha caído en mis manos las notas que tomó en Afganistán Natalia Aguirre, ginecóloga de MSF. Libro maravilloso, muy recomendable.

Miamesco
Como era de esperarse, el equipo pasó tranquilo por inmigración, pero como yo tengo pasaporte colombiano y no tenía visa, me sacaron a un lado y se me enfrió todo. Pensé: me van a deportar y mínimo me voy de violada en la prisión local de Dubai. Afortunadamente, un viajero experimentado que me acompañaba les echó el cuento de que era sólo por una horas y que yo era de un equipo humanitario. La carreta funcionó y me dejaron salir hacia el hotel. Por cortesía de los Emiratos Árabes nos alojamos en un hotel lujoso y bastante miamesco, como todo en Dubai. Tres horas más tarde regresamos al aeropuerto, me monté en el vuelo de Naciones Unidas, un Fokker medio destartalado, y llegué a Afganistán.

Musulmanes barbilampiños
Luego están los hazara, de la zona central de Afganistán, muy discriminados (son de segunda categoría para los demás). Son primos de los mongoles, por lo cual son achinados y no les crece pelo en la cara. Durante el régimen talibán fueron tratados muy mal. Por ejemplo: los talibanes les exigían a los hombres tener una barba que les llegara hasta el pecho. Como se podrán imaginar, a los hazara no les crece barba, entonces en la calle les cascaban por violación de los mandatos. ¿Cómo les parece este castigo?

La metamorfosis
Esta mañana me levanté y descubrí que en vez de pies tenía patas y en vez de manos tenía garras. Lentamente me volteé y al mirarme descubrí que ya no era una monita sino un lagarto. Los cambios han sido lentos y espero que no definitivos. La piel que tenía anteriormente era blanca, suave, delgadita y sensible. Hoy mi piel es grisosa, gruesa, empolvada y carente de sensaciones. Es evidente que mi cuerpo se está adaptando paralelamente con mi mente. Cada sistema ha evolucionado. Por ejemplo, mis tripas han adquirido la capacidad de comunicarse con el exterior mediante horrorosos sonidos internos, como si me hubiera tragado una mezcladora de cemento prendida.

Ser niña en Afganistán
Cuando tienen entre 2 y 12 años son las hermanas, las sirvientas, las carga agua, las carga hermanitos, las culpables de que los platos se quiebren, el agua se riegue, el hermanito se accidente y de cualquier desgracia que se les quiera asignar. Viven en manadas, duermen en corrales y se comportan como cabras.

Ser suegra en Afganistán
Un día cualquiera se despiertan y se dan cuenta de que ya es hora de casar al primer hijo que parieron y de que ya no son las nueras sino las suegras y, como si hubieran olvidado su historia personal, se tornan en tiranas y repiten con sus nueras exactamente la misma historia. Pasan de ser el oprimido a ser el opresor con una facilidad aterradora y sin memoria alguna de lo que fue ser golpeada y humillada; porque, eso sí, después de treinta años de patadas, a las suegras nadie les vuelve a poner la mano encima, pues de alguna manera trajeron al mundo a un batallón de hombrecitos que las quieren y las respetan y se hacen matar por ellas.

Afganos y colombianos
A medida que pasan los días me doy cuenta cada vez más de que este pueblo es muy distante geográficamente del mío pero muy cercano antropológicamente hablando. No sé si es que mi nostálgico cerebro va encontrando asociaciones donde no las hay o si hay universales que rigen el comportamiento de los pueblos primitivos. Los afganos son habitantes de las montañas, como los colombianos. Han estado en guerra desde hace muchos años, como los colombianos. Son títeres políticos, como los colombianos. Producen tanta heroína como los colombianos cocaína. Producen tanto hachís como los colombianos coca. Son tan orgullosos como los colombianos. Están tan estigmatizados como los colombianos. Son tan juguetones como los colombianos. Son tan primarios como los colombianos (si en la calle se chocan dos carros también se sacan pistolas). Tienen esa malicia indígena de la que carecen los europeos y los gringos pero que sí tienen los colombianos.