miércoles, 3 de julio de 2013

¿Montes... qué?

¿Está bien Griñán? ¿Le pasa algo?

Todos sabemos lo que sucede cuando se molesta a un gato: saca las uñas, trata de arañar, de morder. Es lo que lleva haciendo el PSOE estos dos últimos días. Ya ayer el inefable Jiménez dijo que era "chocante" que la juez Alaya haga coincidir sus actuaciones con los grandes acontecimientos del PSOE-A. Esta mañana ha resultado chocante que la ínclita Valenciano considere "chocante" que la juez Alaya haga coincidir sus actuaciones con los grandes acontecimientos del PSOE-A. "Estas personas serán desimputadas en los próximos meses porque no hay fundamentación", ha añadido Valenciano, que debe de saber de lo que habla porque ha estudiado Derecho.

Pérez Rollo, perdón, Royo, catedrático de Derecho Constitucional (¿?) en la Universidad de Sevilla y asesor en la elaboración del Estatuto de Cataluña (ah, esto lo explica), no ha perdido la ocasión de recordar el viejo rollo argumental del PSOE-A: el fondo de los ERE era legal porque estaba incluido en los presupuestos aprobados por el Parlamento de Andalucía. Martín Pallín, portavoz de Jueces para la Democracia Socialista, emplea el mismo argumento. Vamos, como si dijeran que el asesinato de Calvo Sotelo fue legal porque se utilizó para cometerlo una bala adquirida con cargo a los PGE y, ya puestos, porque fue perpetrado en un vehículo del Ministerio de Gobernación.

El más respetuoso defensor de Montesquieu ha sido Griñán. Ha venido a decir que el auto de la juez es "manifiestamente recurrible". ¿Y quién lo va a recurrir? ¿Los imputados? ¿El abogado de la Junta? Jáuregui y Chacón se han hecho eco de las manifestaciones del excelentísimo presidente de la Junta. Ya decía Goebbels que había que repetir, repetir y repetir lo mismo para que la gente lo considere una verdad revelada.

Por su parte, el vicepresidente Valderas opina, muy imparcialmente, que hay "escasa imparcialidad" en el auto de Alaya. ¡Toda una vida esperando para sentarse en el Consejo de Gobierno y ahora va a tener que dejarlo por culpa de una juez trabucaire! ¡No hay que hacer caso de ese barón de Monsterquieu!

En cualquier caso, no sé por qué ladran. Más pronto o más tarde la juez Alaya tendrá que imputar a un aforado y ya se encargarán los progrejueces meritorios del TSJA y del Tribunal Supremo de dejar toda su instrucción en nada.