viernes, 19 de julio de 2013

Fly Emirates

Shame on you!

Recuerdo un chiste que se contaba hace veinticinco años sobre la Sudáfrica del apartheid: un conductor blanco que había atropellado a un negro le pedía una indemnización por haberle abollado el coche. Resulta que hoy en día vemos con normalidad el apartheid que existe en algunos países y que se basa en unas costumbres propias del siglo VII.

Esta semana, una joven noruega ha sido condenada a 16 meses de cárcel por atentar contra la decencia, beber alcohol y mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio. Ah, sí, ella había acudido a comisaria para denunciar que había sido violada.

Esto no es algo nuevo en los países que tienen como ley suprema la sharia. En los Emiratos una australiana fue violada y condenada por practicar sexo extramatrimonial. Hace dos años una adolescente afgana fue obligada a casarse con su violador para evitar entrar en prisión. Aquí, en España nos quejamos de que un mismo crimen puede conllevar mayor condena para un hombre que para una mujer: desde luego, esto es preferible a que la víctima sea considerada culpable. (Bueno, sólo en Andalucía los denunciantes acaban como imputados.)

Qatar, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, aliados de Occidente. ¿Por qué? Todos estos países son autocracias islamistas que superan a las monarquías del antiguo régimen o a la autocracia de los zares.

En los últimos años, Qatar y los Emiratos decidieron gastar sus petrodólares en una campaña de imagen a nivel internacional. Resulta grotesco que clubes de fútbol se conviertan en plataforma para anunciar regímenes totalitarios. No quiero insultar a las prostitutas escribiendo que Real Madrid y Barcelona se prostituyen. Se arrastran por unos euros. Tal vez Pérez y Rossell necesitarían hojear algún manual de Educación para la Ciudadanía, o echarle un vistazo a la constitución. Está bien tener dinero para contratar jugadores sudamericanos, pero si ellos quieren cobrar más, ¿por qué no se van al Al-Ain o al Al-Sadd? No tendríamos que soportar que equipos europeos lleven en su camiseta el nombre de un país donde algunos animales tienen más derechos que las mujeres.