miércoles, 24 de julio de 2013

La decimatio y el ex interventor general

Decimatio

Después del griñanazo, todos están expectantes ahora ante la declaración de Manuel Gómez, ex interventor general de la Junta, esperan que aporte mañana clavos para el ataúd de Griñán, que implique de una vez al que fuera consejero de Hacienda. También yo siento curiosidad, sobre todo porque Gómez dijo una cosa en la comisión de los ERE y, cuando el Parlamento iba a acusarle de ser uno de los responsables, escribió una larga carta para inculpar a todos los altos cargos que, según él, no hicieron caso de sus avisos.

Ayer, el portavoz de la Junta aseguró que no esperaba nada de Gómez: si le dice a la juez algo diferente a lo que declaró en la comisión, será acusado de perjurio. ¿Una amenaza? No, una advertencia. Muchos consideran que el ex interventor es una especie de chivo expiatorio. Yo no lo creo así. Un chivo expiatorio es un inocente al que se le cargan los pecados ajenos y Gómez, vistas las contradicciones en que ha caído, no es tan inocente como nos quiere hacer creer. Él nos contó una historia, utilizó la figura del que grita para avisar de un incendio, pero no sé si lo que hizo fue quedarse en el salón de su casa y limitarse a susurrar que el piso del vecino estaba ardiendo. Hizo el paripé, que es la forma normal de actuación de los altos cargos de la administración socialista: mirar sin ver, escuchar sin oír, cobrar la nómina a final de mes.

Lo que el ex interventor no soporta es la estrategia de la Junta. Hay tantos culpables, tantos altos cargos implicados que San Telmo ha decidido aplicar la decimatio de los ejércitos romanos. Ha entregado a la trituradora de la justicia a algunos altos cargos: Antonio Fernández, Daniel Rivera... El propio Griñán se ha inmolado a sí mismo por el bien de la PSOE. Quizá eso es lo que no soporta Gómez: que nueve queden libres a cambio de su condena. ¿Por qué él?

Gómez en la comisión

Gómez en la comisión (28 de agosto de 2012)
De las actua­ciones de control desarrolladas por la Intervención en las materias que son objeto de investigación, nunca, repito, nunca, se dedujo la existencia de posibles supuestos de fraude o menoscabo de fondos públicos...

Carta de Gómez al presidente del Parlamento de Andalucía (23 de noviembre de 2012)
Sr. Presidente, el Dictamen de la Comisión de Investigación ha unido mi nombre al caso de corrupción más importante de la historia de España, en términos económicos. Y lo ha hecho ocultando deliberadamente los datos, testimonios e informes más relevantes y pertinentes de los que disponía la Comisión, todos ellos, sin excepción, opuestos al contenido de las conclusiones aprobadas por mayoría. Se trata, por tanto, de un resultado fraudulento, que se une al inmenso fraude de los ERE.

Artículo de Gómez en El Mundo (15 de julio de 2013)
Al desaparecer la fiscalización previa de las subvenciones, se ha eliminado el elemento más eficaz de que dispone la Administración para disuadir o impedir y, a su vez, descubrir, según los casos, la aparición de conductas desviadas en el manejo de los caudales públicos.