martes, 6 de noviembre de 2012

Matrimonio

Finalmente, ese tribunal adulterado lo ha hecho: ha decidido declarar legal algo que no puede ser llamado matrimonio. ¡Y el PP ha dicho que acepta la sentencia y que no va a reformar la ley! Todo esto resulta absurdo. ¿Por qué no emplear otra palabra? ¿Por qué no reformar la Constitución? ¿Reformar la constitución? Si el inefable Peces-Barba se atrevió a decir que cuando redactaba la constitución ya estaba pensando en el matrimonio homosexual (¡!): los políticos siempre pensando que somos imbéciles. ¡Qué manera de burlarse de nuestra inteligencia!

Dentro de poco, los políticos y sus esbirros judiciales van a decidir que a las doce del mediodía es de noche o que en España no hay parados. El Tribunal Supremo de Estados Unidos tocó fondo en el caso de Dred Scott; el Tribunal Constitucional español se sigue hundiendo en las profundidades de la nada.

Artículo 32
El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica. La ley regulará las formas de matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los derechos y deberes de los cónyuges, las causas de separación y disolución y sus efectos.

Hace unos años. leí una entrevista del filósofo esloveno Slavoj Žižek en Babelia, en que comparaba a Zapatero con Lenin. "Mucha gente discute sobre la escasa participación de las mujeres en política y sobre si conviene establecer cuotas. Zapatero no se entretuvo en debates e impuso las cuotas. Eso es leninismo: dejémonos de esperar las condiciones objetivas, hagámoslo y veamos si funciona." Aquella comparación me causó estupor. El obtuso ZP hizo lo mismo con lo que él llamaba matrimonio homosexual. Ahora pienso que quizá la crisis económica haya sido buena para España: nos ha permitido librarnos de Zapatero. Se veía como un nuevo Felipe González y llegó a asegurar que gobernaría España durante veinte años: gracias a Dios o a la Moira sólo estuvo en La Moncloa siete.