Anoche, en El Gran Debate, vuelta al tema de los desahucios. Lo estuve viendo en los intermedios de una película. Alguien se quejaba de que había perdido la casa que había comprado, que el banco la había subastado, y que también sus padres, que le habían avalado, iban a perder su vivienda; aún le quedaría un poco de deuda. ¡Una situación difícil de entender!
En otros medios, sin embargo, en Intereconomía, en esRadio, se carga contra la propia gente que ha comprado una vivienda endeudándose por veinte o veinticinco años, familias que aceptaron dedicar a la hipoteca más del 50 % del sueldo, cuando los sueldos eran más altos que ahora, cuando todavía había sueldos que cobrar.
La situación se repite ahora con el conflicto de Gaza: artículos en Libertad Digital denunciando que Hamás lanza misiles comprados en Irán o que los habitantes de Tel Aviv sólo tienen noventa segundos para esconderse en un refugio; entrevista en A vivir que son dos días a un médico de Gaza que no sale de casa desde el miércoles y que despotrica contra Israel.
Así son los medios, de izquierdas, de derechas, ultraliberales, ultraizquierdistas: no se desprenden nunca de sus anteojeras. Y la mayoría de la gente sólo ve, escucha, lee un medio, de derechas o de izquierdas, que refuerza sus prejuicios.
