El otro día, hablando con un amigo, me sorprendí cuando me dijo que los palestinos habían comenzado a lanzar cohetes después de que Israel asesinara a uno de los líderes de Hamás. Le repliqué que me parecía que esa muerte había sido una respuesta de Israel.
-No, no -me dijo él-. Israel decidió deshacerse de un político palestino y por eso comenzó el lanzamiento de cohetes.
Tuve que cambiar de tema porque porque aquello estaba tomando los derroteros de un cuento de Borges que me gusta mucho, 'La otra muerte'. No había manera de convencer a mi amigo de que los palestinos de Hamás habían empezado los ataques.
-¡Eso no tiene sentido! ¿Por qué iban ellos a atacar a Israel?
Después comprobé que, efectivamente, el asesinato, la muerte de Ahmed Jabri había sido una respuesta de Israel al lanzamiento de cohetes sobre su territorio. ¿Estaba justificado? No, desde luego, una muerte nunca está justificada. Pero me temo que ciertos medios, los que sigue mi amigo, informan del lanzamiento de cohetes palestinos como de un hecho normal, que sólo merece un breve en página impar. Sin embargo, la respuesta de Israel se coloca en primera página.
