sábado, 6 de octubre de 2012

El País



Durante años, el mejor periódico en España. Representante de una izquierda hearstiana moderada; los radicales tuvieron que fundar Público. Me gustaba devorar sus páginas culturales los sábados por la mañana, mientras tomaba un café. Sigo guardando decenas y decenas de amarillentos suplementos culturales. 

Ahora, El País es poco más que un nombre, como la Constantinopla del siglo XV, una fachada, una reliquia de otra época. Como El Huffington Post, su patrocinado, un periódico sin periodistas. Los últimos están siendo lentamente despedidos. Según informa El Confidencial, un cuarto de la plantilla de El País va a perder su empleo; las delegaciones territoriales quedarán "reducidas a su mínima expresión".