De nuevo hay que recordar aquello que escribía Marx: la historia se repite primero como tragedia y más tarde como farsa. En Cataluña, sigue la farsa: Mas se ha empeñado en hacer el papel de Companys y Puig ha comenzado a asumir el de Dencàs. Hace unos días dijo que los policías catalanes "estaran al servei del país i de les seves institucions". Supongo que el consejero de Interior siempre encontrará una alcantarilla donde esconderse en caso de que las cosas se tuerzan.
Julio César dijo que prefería ser cabeza en una mísera aldea a brazo en Roma, cabeza de ratón a cola de león; sigo sin entender por qué los catalanes prefieren ser cabeza de ratón a cabeza de león.
