domingo, 26 de agosto de 2012

El país de uno



Este libro me ha dejado impactado. Mi primera reacción cuando, traumatizado, lo cerré fue parafrasear a Platón: Doy gracias por haber nacido español y no mexicano. Ese país no tiene remedio. Parece que no tiene remedio.

Sin embargo, mientras leía, parecía que la autora se estaba refiriendo a Andalucía, me iba dando cuenta de que México no se parece demasiado a España, pero sí, tristemente, a Andalucía. ¡Si hasta tenemos nuestro propio PRI! "No sacudir la colcha. No cambiar las sábanas. No alterar la dosis diaria de somníferos."

La autora lamentaba que el PAN no hubiera cambiado nada y temía que el PRI pudiera regresar al poder, algo que finalmente ha sucedido con el "golden boy", Peña Nieto, un candidato fabricado, artificial. ¡Hasta se casó con una reina de las telenovelas!

"Hoy toca creer que México puede ser distinto", concluye la autora. Las 250 páginas anteriores desmienten ese sueño.

México
Eso es lo que hemos creado. Un país estancado. Un país atorado. Un país que no educa a su población. Un país con petróleo pero sin ciudadanos participativos. Un país de empleados en vez de emprendedores. Damnificaco por las riquezas que explota pero que no comparte con las mayorías. Años dejando hacer y dejando pasar. Años de más de lo mismo ante una realidad que demanda mucho más. Postergando las decisiones difíciles y las reformas dolorosas. Posponiendo la modernización por los intereses que afectaría.

Andalucía
Eso es lo que hemos creado. Un país estancado. Un país atorado. Un país que no educa a su población. Un país sin ciudadanos participativos. Un país de empleados en vez de emprendedores. Años dejando hacer y dejando pasar. Años de más de lo mismo ante una realidad que demanda mucho más. Postergando las decisiones difíciles y las reformas dolorosas. Posponiendo la modernización por los intereses que afectaría.

Carlos Slim
Es difícil pasar un día en México sin transferir dinero al bolsillo de Carlos Slim. El ingeniero controla más de 200 compañías de telecomunicaciones, cigarros, construcción, minería, bicicletas, refrescos, aerolíneas, hoteles, ferrocarriles, banca. Sus empresas representan más de una tercera parte del valor de la Bolsa Mexicana de Valores.

A favor del optimismo
El credo de los pesimistas produce la parálisis. Engendra el cinismo. Permite que hombres como Manlio Fabio Beltrones promuevan el juicio político contra los jueces de la Suprema Corte y nadie se lo impida. Permite que los partidos vivan del presupuesto público sin cumplir con la función pública. Permite que los legisladores no actúen como tales. Permite la persistencia del status quo. El pesimismo es el juego seguro de quienes no quieren perder los privilegios que gozan, los puestos que ocupan, las posiciones que cuidan. El pesimismo es la cobija confortable de los que no mueven un dedo debajo de ella. Es el lujo de los que rentan el carro pero no se sienten dueños de él.