miércoles, 2 de enero de 2013

Unirme a los ciegos



A veces siento desaliento. Me digo que llevan treinta años gobernando Andalucía, convirtiéndola en algo irreconocible. ¿Ha cambiado? Desde luego. Creo que fue Heráclito el que dijo que todo cambia. ¿Se ha convertido en algo parecido a lo que ellos prometían? No lo sé. Sólo sé que Andalucía sigue siendo la región más pobre de España, la que tiene más parados. Sí, estamos mejor que los marroquíes, pero mucho peor que la mayoría de los europeos. 

Si ellos sólo pretendían llegar a la poltrona, si gobernar era un fin, no un medio para conseguir una Andalucía mejor, más moderna, entonces han triunfado plenamente. Han saturado la región de delegaciones, institutos, agencias, fundaciones. Se han multiplicado los cargos políticos y los empleados públicos nombrados a dedo. Ya no hay analfabetos, pero sí graduados en Educación Secundaria (y, ay, graduados universitarios) que no comprenden lo que leen, que no leen nada. Han llenado Andalucía de bibliotecas vacías. Y las tabernas siguen tan abarrotadas como siempre. 

Quizá lo mejor sea arrancarme los ojos y unirme a los ciegos. Estoy tentado...