domingo, 20 de mayo de 2012

La basura de Zarauz



Lo reconozco: he estado media hora tratando de comprender cómo demonios hay que separar la basura en Zarauz y no he llegado a lograrlo. Los dientes en una bolsa, los dientes con empastes en otra, el felpudo en otra, las bandejas de porexpán en otra. Mi diminuto cerebro de beticopiteco sólo da para distinguir plásticos, vidrio, papel y lo demás. Y pensar que Michael Moore se niega a separar la basura porque allí donde vive el contenido de los diferentes contenedores suele acabar en el mismo camión.

El partido que gobierna en Zarauz, Bildu (no sé por qué no Bildur, nombre que le sienta mejor), es un defensor de la utopía vascongada. Se ve que le gustan las clasificaciones, sea lo que se clasifica la basura o los ciudadanos del País Vasco.

Lo peor de este sistema de gestión de residuos que hay en Zarauz es que cada vivienda tiene un cubo: ¿se hace así más fácil saber lo que cada cual tira a la basura, los ejemplares atrasados de Gara o El Correo, latas de Eroski o de Mercadona...? Ah, no: no hay ningún Mercadona en el País Vasco.

En fin, hay que darle gracias a Dios por no vivir en un sitio donde tirar la red de las naranjas en una bolsa equivocada es un crimen mayor que desperdigar por el suelo los sesos de un ser humano.