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| Mila Kunis, actriz nacida en Ucrania |
Reconozco que, en cuanto a sensacionalismo, tengo bastante con las noticias de Yahoo, cuyos titulares suelen estar inflados hasta lo absurdo: me libra de mirar El Huffington Post. Cuando busco noticias serias recurro a otros medios. El otro día en Yahoo se denunciaba que la actriz Mila Kunis, nacida en Ucrania, había sido llamada zhidovka por un político ultranacionalista de ese país, Igor Miroshnichenko. Los de Yahoo no tuvieron reparos en traducir esa palabra por 'sucia judía' y en señalar que la habían utilizado los nazis durante el holocausto. Al principio me resultó difícil de creer que los alemanes emplearan una palabra rusa o ucraniana, aunque en seguida recordé a los eslavos que sirvieron en las SS, al inefable Kaminski, del que, estoy seguro, no ha oído hablar jamás el logsiano autor del artículo.
Rusos y ucranianos llaman hebreos a los judíos. La palabra judío (zhid) tiene un carácter peyorativo, por lo que no se utiliza; Stalin, antisemita recalcitrante, la empleaba en la intimidad. Zhidovka es un término tan ofensivo como morita en castellano, sin embargo, cuando alguien llama moro a un marroquí o a un argelino, nadie le acusa de estar recordando las matanzas, las expulsiones, los robos y saqueos que sufrieron los musulmanes españoles. Por cierto, si un checo o un eslovaco dice židovska, nadie puede sentirse ofendido, pues esa es la palabra de uso común para referirse a una mujer judía.
No voy a defender a ese político ucraniano, al despreciable Miroshnichenko, pero me parece una exageración que toda persona que critique a los judíos o a los israelíes esté abogando por un nuevo holocausto. Creo que deberían abandonar de una vez ese victimismo. ¿Por qué ha tenido que salir al trapo el Centro Simon Wiesenthal? Como diría Lebowski: "Walter, no creo que esto tenga nada que ver con Vietnam".
Cualquiera debería ser criticado por lo que hace y no por lo que es o por el apellido que lleva. Mila Kunis es sólo eso: una actriz; no ha cometido ningún crimen, todo lo contrario Por el contrario, Igor Miroshnichenko por pura que sea su sangre, por orgulloso que se sienta de descender de Ruslán, de un bogatir o de un granjero de la estepa, ha demostrado que le falta leer un poco más, que es un imbécil.
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| La bella Mila, ajena a la polémica |
