martes, 19 de noviembre de 2013

El Gobierno de España viene aplicando con entusiasmo las recetas neoliberales de la Comisión Europea

El diario de sesiones del Parlamento de Andalucía depara alegrías. El miércoles pasado, la consejera Montero trató de explicar la crisis ad usum Vandalorum, confundiendo, me temo, causas (recesión y crisis financiera) y consecuencias (recortes). Ahora resulta que los recortes no son la consecuencia de la crisis, sino su causa.

Citó Montero como autoridad a Michael Kors. ¿Quién diablos es este tipo? Gugleando sólo he conseguido encontrar a un diseñador famoso por vestir, entre otras, a Michelle Obama. ¿Estaba pensando la consejera en el nuevo bolso que se va a comprar como premio por haber sacado adelante estos chuscos presupuestos?

En fin, Montero evitó al menos el estilo balbuceante de Díaz, aunque es cierto que la consejera, a diferencia de la presidenta, estaba leyendo su intervención.


Los ciudadanos de Andalucía no son responsables de la crisis
Nosotros ponemos el acento en el presupuesto en la creación de empleo y reforzamos la esencia social de este Gobierno preservando nuestra parcela del Estado del bienestar. Ésta que tanto trabajo ha costado construir a lo largo de estos años defendiendo, asimismo, la eficacia y la sostenibilidad de los servicios públicos y, por supuesto y cómo no, los derechos de los ciudadanos de Andalucía, que no son los responsables de esta crisis y que tampoco pueden ser sus víctimas.
Y como hemos dicho, a lo largo de estos últimos días, señorías, esta no ha sido tarea fácil. No lo es, entre otras razones, porque el Gobierno de España viene aplicando, yo diría con entusiasmo, las recetas neoliberales de la Comisión Europea, centradas, como saben, en la austeridad del gasto público, en la desregulación del mercado laboral y en el soporte prioritario del sector financiero. Añadiendo, además, señoría, que sin encontrar ninguna medida de estímulo autonómico ni de política monetaria que a lo largo de la historia han servido para salir y para facilitar la salida de la crisis. Medidas que también en esta crisis, allí donde se han aplicado, han producido una salida mucho más rápida y consistente en la misma, incluyendo Estados Unidos, el lugar donde se originó esta tormenta financiera.
A consecuencia de las políticas de austeridad sin medidas, hemos asistido a la recesión más larga de nuestra historia reciente, con efectos que conocemos y que sufrimos en desempleo, en caída de salarios y en recortes en derechos sociales y de servicios públicos.
En definitiva, señorías, una devaluación interna que nos ha conducido al empobrecimiento de una gran parte de la población y a un fuerte incremento de las desigualdades. Una consecuencia previsible e inexorable de estas políticas, unas políticas que priorizan la corrección de desequilibrios macroeconómicos sobre las necesidades de las personas.
Hace solo unos días, el profesor Michael Kors, catedrático emérito de la Escuela de Londres, señalaba en una conferencia en Madrid que la cuestión es saber cuán largo y cuán duro es el dolor que le van a infligir las reformas a la economía española, porque hoy nos encontramos en una Europa más desigual, una Europa que ha relegado los principios de cohesión económica, social y territorial, que habían sido parte indispensable y parte esencial del proyecto comunitario, una cohesión que también se encuentra amenazada en nuestro país como consecuencia de la aplicación sesgada e injusta del modelo de financiación y de la utilización de la riqueza en vez de la población, un elemento de referencia para la distribución del déficit o de la deuda.
Señorías, los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país cada vez son menos iguales como consecuencia de medidas profundamente regresivas, penalizando injustamente a los que menos tienen, como es el incremento en las tasas estudiantiles, los copagos a los enfermos o la exclusión de colectivos de la sanidad.