martes, 22 de octubre de 2013

Está lloviendo mucho, mucho

Sonrisa de asesina

¿En qué momento comenzó a suceder esto? ¿Se debe todo a una ley aprobada por un gobierno dictatorial lleno de complejos? ¿Son responsables unos políticos que han pasado sin rubor de pagar a sicarios para liquidar terroristas a negociar con esos mismos terroristas? ¿Se le puede echar la culpa a ese servil de López Guerra? ¿Son responsables periodistas como Soledad Gallego-Díaz, que considera que Inés del Río es simplemente "una persona que ha matado a otras personas por motivos políticos"? ¿Es responsable un presidente del Gobierno al que preocupa más su pelo que la salida de prisión de medio centenar de asesinos y violadores? 

En España sí que existe la cadena perpetua. Es la que cumplen las víctimas, las madres de los asesinados, los hijos de los muertos en atentado terrorista, las mujeres, los familiares. Una condena a perpetuidad que encima está agravada por la glorificación de los asesinos, que por supuesto permite el inane Gobierno español.

PS. No deja de ser curioso comprobar que en la lista de asesinados por Inés del Río se encuentra un ciudadano estadounidense: Eugene Kenneth Brown. Por una vez, no me importaría que se hubiera aplicado la extraterritorialidad. Inés del Río estaría ahora en una cárcel federal y allí se habría quedado dijera lo que dijera un tribunal sanchopancesco.

PPS. No tengo nada contra Soledad Gallego-Díaz, pero algunas cosas escuchadas a las siete de la mañana, recién despertado, causan una impresión horrible. ¿Estaba sugiriendo que, como la motivación de Inés del Río era política, sus crímenes están justificados? ¿Está permitida la violencia para lograr objetivos políticos? ¿Habría que ser tolerante con esos descerebrados que irrumpieron en el Centro Cultural Blanquerna porque después de todo sólo estaban exponiendo una idea política? No, desde luego que no. No hay asesinatos políticos, sólo asesinatos: "Matar a un hombre no es defender una doctrina, es matar a un hombre".