Mario Jiménez da lástima. Es el Carlos Floriano del PSOE y los dos son ridículos aprendices de cierto ministro de Propaganda e Ilustración Popular. Al parecer, el onubense y el extremeño se han retado a soltar la necedad más grotesca. Me parecía que esta semana Jiménez nos había regalado suficiente dosis de estupidez, pero me equivocaba.
El secretario de Organización del PSOE-A y trabucaire mayor del Sur había criticado la filtración de los presupuestos andaluces: no estaba mal que se bajara, otra vez, el sueldo a los funcionarios andaluces, sino que el PP informara de ello en una rueda de prensa. Aún se atrevió a llevar más allá la estupidez cuando dijo que no se quitaba la parte autonómica de la extra sino un complemento graciosa y discrecionalmente otorgado por los gobiernos socialistas y que ahora debían eliminar por los recortes del PP. Es como cuando Mal Moreno, perdón, Mar Moreno afirmaba que la Junta financiaba los ordenadores entregados a los escolares andaluces, pero que ya no podría hacerlo por los recortes del Gobierno central. Lógica de bobos o de alguien que toma a los ciudadanos por bobos.
Pero Supermario es incansable. Hoy ha tenido la desfachatez de acusar al PP de practicar la kale borroka: ¡el dirigente de un partido que el 13 de marzo de 2004 envió miles de mensajes de texto que pedían rodear las sedes del PP! En este caso, el problema no es que la Junta ahogue financieramente a los alcaldes del PP sino que estos se manifiesten. En fin, agitprop, que para eso tienen Canal Sur y demás corifeos mediáticos.
Ya sólo falta que Jiménez pida la ilegalización del PP, aunque eso lo dejo para otro sitio.
Ya sólo falta que Jiménez pida la ilegalización del PP, aunque eso lo dejo para otro sitio.
