sábado, 14 de abril de 2012

Nuestros recortes serán con guillotina



Cuando hay que tomar partido, entre Danton y Robespierre, nunca termino de decidirme. Danton es un personaje divertido y, desde luego, más humano. Sin embargo, casi siempre acabo por decantarme por Robespierre, que representa la justicia, los principios inquebrantables.

El abogado de Arrás creía que para instaurar el nuevo régimen había que acabar con el antiguo, y para ello no ponía reparos en emplear los métodos de su época, especialmente la guillotina. Este artefacto, en aquella época, era símbolo de igualdad: con ella se ajusticiaba tanto a los antiguos nobles, los pocos que iban quedando en la Francia del año 93, como a los revolucionarios díscolos, que Robespierre consideraba díscolos.

No me gusta, por lo tanto, que las juventudes de IU utilicen ese símbolo: si en la última década del siglo XVIII, la guillotina simbolizaba el progreso, ahora no trae sino el recuerdo de los totalitarismos de mediados del siglo XX: Hitler amaba la guillotina.