sábado, 11 de octubre de 2014

Obscenidades

¡Vaya dúo!
La primera víctima del virus del Ébola fuera de África ha hecho que esta semana sea negra, muy negra. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid no ha encontrado mejor modo de eludir responsabilidades que culpabilizar a la enfermera que se debate entre la vida y la muerte. Este señor da asco. ¿Quién puede votar a un PP que nombra consejeros a individuos indecentes como éste?

Ésta ha sido también la negra semana de las tarjetas negras. Señores que han hecho un agujero al PIB español del 2 % gastaron alegremente cientos de miles de euros. Y todo eso sin parar de sermonearnos. Por ejemplo, Alberto Recarte decía en 2010 que España se desmoronaba y que había que trabajar más y cobrar menos: él se cepilló 136.504,02 euros en restaurantes, bares, autopistas de peaje…

Alberto Recarte nos habría solucionado la crisis

Arturo Fernández pedía en 2011 que se congelaran los salarios; su tarjeta, sin embargo, estaba muy caliente. Gastó 38.776,57 euros.

Miguel Blesa se quejaba hace poco de que había sufrido mucho y eso a pesar de los 423.068,49 euros que se había cepillado en viajes, restaurantes, tiendas de ropa… ¡Pobre sufridor!

El sufridor Blesa

El comunista (?) José Antonio Moral Santín (¡qué apellidos tan mentirosos!) aseguró en una entrevista en laSexta que necesitaba el dinero, 447.769,73 euros, para gastos de representación: restaurantes, hoteles, balnearios... Ah, sí: también sacó 300.000 del cajero automático.

¿Moral Santín o Inmoral Diablín?

La naturaleza humana es débil. Es lo que debía sospechar Blesa. Se puede corromper a cualquiera con una tarjeta negra. El pasado 1 de mayo, José Ricardo Martínez se manifestó en Madrid “contra los recortes sociales”. Poco le importaba al sindicalista que algunos de esos recortes se debieran a que tipos como él gastaran el dinero de todos. Ah, sí, al menos ha dimitido de su cargo de secretario general de UGT-Madrid y se ha comprometido a devolver los 44.154,12 euros. Uh, demasiado tarde. Ya nos hemos enterado que, durante las navidades de 2010, gastó más de 9.000 euros en El Corte Inglés.



A Juan Iranzo le gusta una conferencia más que a un tonto un lápiz, a Pedro Sánchez un micrófono o a Susana Díaz una foto. En 2010 dijo en una ponencia que había que bajar las pensiones y subir la edad de jubilación. ¿No podría evitarse esto si el Estado no tuviera que gastarse tanto en pensiones como en pago de intereses la deuda? El inefable Iranzo también ha aportado su granito de arena a la deuda española: 46.848,79 euros derrochados en Oysho, Women’s Secret, Etam… Vamos, que le gusta la lencería.

"Gastos de representación" de Juan Iranzo