jueves, 31 de julio de 2014

Israel, Estado terrorista

El objetivo de Israel no es garantizar que sus ciudadanos vivan seguros, no es permitir que prosperen: el objetivo de Israel es destruir Gaza y a sus habitantes, expulsarles de un territorio que consideran suyo. Por ello, las principales industrias israelíes no son las alimentarias, ni las ligeras: la principal industria de Israel es la bélica. Sólo en una cosa han destacado los inventores israelíes: en la elaboración de explosivos capaces de despanzurrar tanques pesados, en la fabricación de cohetes que puedan alcanzar objetivos a más de cien kilómetros. Las élites extractivas y opresoras de Israel no pueden empobrecer a su pueblo, claro que no: ya es demasiado pobre. Israel recibe fondos de otros países que utiliza para seguir su política de terror. Y mientras los milicianos israelíes se encuentran en la primera línea de fuego, sus dirigentes viven en el extranjero, en hoteles de cinco estrellas y mansiones de lujo, lanzando órdenes para que el conflicto continúe, porque, después de todo, aún no hay suficientes muertos. Deben poner encima de la mesa más muertos. El enemigo tiene que matar a más israelíes.