miércoles, 2 de julio de 2014

Don Quijote fue el primero que luchó contra la globalización


Leído en Disfraces del Leviatán. El papel del Estado en la globalización neoliberal, libro de Juan Carlos Monedero que fue publicado por el Centro Internacional Miranda en 2008: 

La primera crítica moderna contra la globalización tenía que ver con un loco que se creía un caballero andante y que, en su locura, desenmascaraba el mundo mercantilista que entraba por Castilla, haciendo inútiles los valores del honor, la fraternidad y la palabra dada de los caballeros andantes. El viento del cambio, impulsado por el saqueo de América Latina, mecía unos molinos que, en el fondo, no eran sino renovados gigantes. En el siglo XVI, los comerciantes y banqueros alemanes de la familia Fugger, famosos, entre otras causas, por haber financiado la coronación de Carlos V, serían los dueños de no sólo imponentes palacios castellanos como el de Almagro, sino también de una parte importante de los molinos de viento de la Mancha. El control de los molinos –como hoy ocurre con los silos para el grano o las cámaras frigoríficas–, se transformaba en onerosos alquileres para su uso, lo que encarecía el precio del pan y castigaba a los más débiles. En definitiva, cuando Don Quijote arremetió contra los molinos, en verdad estaba queriendo golpear a los representantes de un incipiente capitalismo global que golpeaba con su voluntad anónima siempre a los más humildes. Don Quijote fue, cargado de solidaridad con los de abajo, el primer militante del movimiento por otra globalización. No eran molinos, sino gigantes bien peligrosos.