martes, 30 de septiembre de 2014

Según los socialistas, son corruptos porque la sociedad es corrupta

Los socialistas andaluces están repitiendo ahora una nueva consigna: son corruptos porque la sociedad es corrupta. El inefable Mario Jiménez siempre tiene preparado un ventilador para salpicar al PP; el nuevo ventilador intenta salpicar al conjunto de la sociedad andaluza.

Así, María Jesús Serrano, la consejera de Medio Ambiente, dijo en una entrevista publicada en El País el pasado sábado que todos han incumplido alguna ley en algún momento: “Piensen ustedes si no se han saltado alguna vez las normas. Por ejemplo, un semáforo en rojo o fumar en un lugar no adecuado”.

Por su parte, el presidente del Parlamento, Manuel Gracia, dijo ayer que la ilegalidad es bien percibida en Andalucía: “El germen de la corrupción política está también en la corruptela diaria de la sociedad. Hay una percepción muy negativa hacia los políticos, pero, sin embargo, existe una permisividad enorme hacia la enorme corruptela diaria que está alrededor de todos”. En definitiva, los socialistas no son diferentes al resto de la sociedad.

Hasta es divertido lo que dijo Susana Díaz el jueves pasado en el Parlamento. "Este gobierno no ha perdonado nunca", aseguró muy enfadada, apenas una semana después de abrir la puerta a la legalización de 20.000 viviendas ilegales. Claro que ella en 2005, cuando era diputada en el Congreso, también regularizó mil asesinatos etarras pulsando un botón.

No me parece igual saltarse un paso de peatones que construir un mazacote arquitectónico a 45 metros de la costa. No es lo mismo fumarse un cigarrillo que presentar facturas falsas a la Junta y que la Junta las pague sin rechistar para ganarse el silencio sindical. No se puede comparar. ¿Qué motivación puede tener la gente en pagar el IVA si observa que parte de ese dinero se empleará para pagar un ejército de paniaguados, de mamandurrieros?

Los socialistas se equivocan: no son corruptos porque la sociedad es corrupta. Permiten, hasta alientan las corruptelas precisamente porque son corruptos. Se parecen a Lázaro, que nada dijo cuando vio al ciego comer las uvas de dos en dos porque él las devoraba de tres en tres. Los primates socialistas las devoran de treinta en treinta.

Eso es lo que tenemos en Andalucía después de treinta y cinco años de socialismo: una sociedad enferma, podrida. Y para seguir ganar elecciones, en Andalucía y España, tiene que seguir así.