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| Muerte de Magallanes |
El Gobierno hace ya dos años que inició la vuelta al mundo que debe llevarle a las próximas elecciones. Rajoy, inefable capitán de ultramar, dijo el otro día que ya han atravesado el cabo de Hornos. Algunos opinan que, mejor, hubiera debido tomar un atajo por el estrecho de Magallanes, pero por esa ruta hay traicioneras ensenadas y peligrosas bahías, y probablemente habrían acabado encallando. En fin, ahora sólo les queda atravesar el Pacífico, llegar a las islas de los Ladrones, cruzar el Índico, cuyas aguas infestan los piratas, y rodear África. No sé yo si llegarán.
En cualquier caso, Rajoy le ha dado una alegría a su sufrida tripulación. No todo iba a ser comer galletas cubiertas de gusanos o devorar alguna escuálida rata. Gracias a la ingente labor del primer oficial, los precios han bajado en el último año. Los marineros, cuyos emolumentos estaban congelados, han visto como su poder adquisitivo ha subido. Están locos de contento y, reunidos en cubierta, lanzan tres hurras por el capitán: ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, hurra! ¡Hip, hip, HURRA! Dan ganas de no desearle a Rajoy el mismo destino que a su glorioso antecesor...
