Leo en Vanitatis que han aparecido dos bastardos reales. Confieso que estas últimas semanas tenía la moral por los suelos, pero ahora siento renacer mis esperanzas: ¡tenemos un nuevo don Juan José de Austria! A la chica, ya que no hay duques en Parma, podríamos casarla con un jeque árabe, aunque sea sólo para agradecerle que últimamente le haya regalado al rey dos Ferrari (noticia de
El Confidencial).