martes, 10 de febrero de 2015

El síndrome de Estocolmo andaluz

Parece que no bastan esas nueve legislaturas en las que el PSOE ha gobernado Andalucía. Treinta y tres años, treinta y seis si se tiene en cuenta la preautonomía. Y ahí siguen. Para ellos gobernar, es hacer lo posible para ganar elecciones. Subvenciones y propaganda. Resistiendo en las áreas rurales. La gente, alguna gente, los necesita; ellos, los socialistas, se hacen necesarios.

El resto de partidos, a lo que parece, también necesita que el PSOE siga gobernando Andalucía. El PP del inútil Moreno ya se ha mostrado dispuesto a votar a Susana Díaz, es decir, un voto al PP se convierte automáticamente en un voto al PSOE. Ahora, la candidata de Podemos en Andalucía ha dicho que, si el PSOE gana por mayoría simple, se abstendrá en el pleno de investidura. ¡Votar a Podemos será votar al PSOE! Por su parte, el candidato de Ciudadanos gobierna con el PSOE en Sanlúcar: mala carta de presentación. Susana Díaz, ahora sí, va a tener motivos para restregarse las manos. Ya podrá gobernar como a ella le gusta: a golpe de decreto-ley. El PSOE suma y sigue. Andalucía resta y continúa retrocediendo.