Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, critica a Zapatero por prometer en la campaña electoral catalana de 2003 que ratificaría en el Congreso lo que aprobara el Parlamento de Cataluña. Susana Díaz, diputada por Sevilla, votó a favor de esa aberración legal, el Estatuto catalán, que fue aprobado en el Congreso en 2006. Salvando las distancias, es como si Fouché hubiera criticado la ejecución de Luis XVI.