Democracia monederiana

Ya mismo será legal asaltar el Congreso

No salgo de mi estupor. No me lo puedo creer. ¿Cómo es posible que unos jueces consideren que no hay ningún delito en insultar e impedir que unos diputados vayan al parlamento? ¡La gerionocracia está aquí! La sentencia de la Audiencia Nacional me deja estupefacto. ¿Ahora es legal en España coaccionar a un diputado? No sé, creía que eso ocurría en la Italia de los años 20, cuando Mussolini todavía dejaba que hubiera partidos, partidos maniatados y amedrentados. 

Indica la sentencia que las conductas de los manifestantes "estaban destinadas a reivindicar los derechos sociales y los servicios públicos frente a los recortes presupuestarios y a expresar el divorcio entre representantes y representados". Pero vamos a ver, señores jueces, si no me gusta lo que hacen mis representantes siempre puedo votar a otros. Digo yo que esa es la esencia de la democracia. No se me pasa por la cabeza la idea de que en Alemania o Reino Unido, cuando los diputados comienzan a legislar contra los deseos de los electores, unos manifestantes se presentan en la puerta del Bundestag o de la Cámara de los Comunes para insultarles e impedirles entrar.

En la sentencia se señala que, "cuando los cauces de expresión y acceso al espacio público se encuentran controlados por medios de comunicación privados, cuando sectores de la sociedad tienen una gran dificultad para hacerse oír o para intervenir en el debate político y social, resulta obligado admitir cierto exceso en el ejercicio de las libertades de expresión o manifestación si se quiere dotar de un mínimo de eficacia a la protesta y a la crítica". ¡Qué jueces! ¿Es que no existen bitácoras en internet para criticar el gobierno? ¡Que no estamos en Cuba! "La finalidad era divulgar mensajes de protesta en relación a las decisiones legislativas." Eso escribe Ramón Sáez Valcárcel, ponente de la sentencia. Claro que este individuo fue vocal del Consejo General del Poder Judicial a propuesta de IU y entre sus trastadas se cuentan excarcelar al terrorista Bolinaga y afirmar que "la intervención en el debate público" de un juez "no sólo es legítima sino también conveniente". Pasquau tiene un modelo que imitar.

En fin, otro escalón hacia el tipo de democracia que defiende Juan Carlos Monedero, no una democracia basada en las urnas sino en las manifestaciones callejeras, no la democracia del voto secreto sino del brazo alzado. ¿Qué será lo próximo? ¿Justificarán los jueces que 350 anarcocomunistas irrumpan en el Congreso por la fuerza y voten una nueva Constitución? ¿Será legal también?

Este país da grima.